Llegamos a la capital del país. Y es
cierto que el tránsito es una locura y que es ruidosa. Caminar por
el centro puede, y es, una prueba constante de reflejos y agilidad.
Las veredas no están hechas para caminarlas. Las calles son una
batalla constante de autos, motos y peatones. Hay que saber
interpretar las bocinas, que ya no son, como estaba acostumbrada,
para apurar violentamente
al de adelante, o putear al que no anticipa sus movimientos.
al de adelante, o putear al que no anticipa sus movimientos.
Acá la bocina suele ser una llamado de advertencia:
que sepan que vas a pasar y, que por ende, te muevas o estés atento.
Y todas, y cada una de las personas en moto harán uso, y abuso, de
esta señal. No son solo unos "bip bip, paso", es más bien: "biiiiiiiiip bip bip biiiip biiiip bip biiiiiiiiip" ¡Aaaaah! Como
dije: abusan. Hubo alguna vez que no pude contener un grito de desesperación.
Así que, sí, caminar por el centro es
una tarea para tomarse con calma.
Para sumar a las complicaciones,
los semáforos no existen, aunque la calle a cruzar sea la Corrientes
de Ha Noi. Y cuando los hay, no se respetan. Más vale nunca
relajarse y mirar siempre a derecha, izquierda, adelante, atrás, y
así sucesivamente mientras cruzás a paso lento, muy lento, para dar
tiempo a las motos a esquivarte, y que quedes hecho sanguchito en
medio de la avenida.
Aunque lo peor queda en las calles sin veredas accesibles del "Old Quarter" dónde todos los turistas se
hospedan (Nosotros pudimos escapar de la locura gracias a Diana,
amiga de una amiga de Oli, que nos hospedó a unos pocos kilómetros
del centro.) Acá el nombre de cada calle está dado según el rubro
al que se dediquen los comerciantes. La calle de la seda, de los
pinceles, de las flores, del bamboo, de las ferreterías, del
cotillón, de las jugueterías, de las librerías, y así con unos
cincuenta rubros o productos diferentes. No creo que hayamos llegado
a recorrerlas todas. Pero no queda duda que es atractivo, lo mejor de
todo es que por más que pases por delante del negocio, mirando hacia
adentro y el vendedor te vea, no te va a ofrecer nada ni pedirte que
entres ¿Qué más se puede pedir?
Mucho de Ha Noi nos recordó a Buenos
Aires. Además del Once vietnamita, caminamos las calles de la
Recoleta con coquetas casas y negocios estilo francés, y el Belgrano
con veredas anchas cubiertas por frondosos árboles.
Hasta me encontré varias veces con
productos ARCOR. Dejamos de regalo unos BUTTER TOFFEES, y comimos
Tortitas de chocolate, emoción, hasta las galletitas se extrañan.
¿Cómo no querer a una ciudad que me
regala pedacitos de la mía? (¿Estaré muy aferrada?)
Fácilmente caminamos sus calles desde
lo de Diana hasta el centro visitando templos y barrios en el camino.
El mausoleo de Ho Chi Minh (padre del comunismo en Vietnam) no pudo
ser más que desde afuera, no estábamos enterados que cerraba a las
10:30. Eso nos pasa por no leer la guía que nos prestaron y
llevábamos cómodamente en la mochila.
Estar, aunque sea solo un rato cada
día, con gente local, colabora a mirar la ciudad con otros ojos.
Lena, amiga de Diana, con la que salimos un rato , nos contó mucho
sobre la gente, las costumbres y el vivir de un país comunista. Pero
lo que es mejor, comimos muy bien en un BIA HOI (Beer Garden
vietnamita, a nuestro entender) con sus compañeros de piso inglés,
francés y estadounidense (no americano)
¿Cómo no querer a una ciudad que me
regala un poco de Buenos Aires, y, que me da buena comida ?
¿Y, como si fuera poco, le devuelve la
vida a mi cámara en pocas horas, por poca plata y con tres meses de
garantía ?
Que digan lo que quieran, pero a mi Ha
Noi me encantó.
Y veinte acá tenes Buenos Aires toda para vos jeje
ResponderEliminarMaria, nunca supe de esto tuyo , recien lo acabo de descubrir, y me fascinastes,me agarro me llevo a "viajar" tu viaje con tu ahora marido,Olivier, te entendi todo, lo vivi todo, casi como si yo hubiera viajado yo con vos. Me dejaste sin palabras, me dejastes vibrando de la emocion de lo que a ti te significo todo esto.
ResponderEliminarYo no podia creer como uno puede describir un viaje tan intenso y no muy largo , en palabras.Las emociones no se pueden describir en palabras(Pensaba yo)
Pero vos me enseñastes que se puede, porque aca hay tanta emocion ,tanta poesia y tanto sentimiento, que solo me queda por decir:
Gracias Maria, por dejar que viajara contigo y enseñarme muchas cosas entre ellas ,que SI se pueden describir cosas como sentimientos, si sabes las palabras justas.Y vos las sabes.Este viaje que pude hacer contigo, me impresiono muchisimo, fue tan hermoso que lo hayas compartido conmigo y con todos
GRACIAS MARIA !!
como no se si mi nombre va aparecer, te lo pongo aca nomas, soy Bibi desde Hannover,Alemania, que te conocio en el 2013 cuando viajo a la Argentina (Buenos Aires) entre otras cosas para ir a un recital y al Uruguay,(Montevideo y alrededores) y estuvo acompañada por ustedes dos ,Olivier Tenedor y vos antes de casarse y recien vueltos de este hermosisimo viaje. Un besooooo.
ME ENCANTO !!
26 de enero de 2015, 1:20