Volver

Volver
Volver al primer mundo.
Antes de poder comunicarme con el mundo exterior, y sentarme a escribir, me tomé unos días para adaptarme a este nuevo ritmo. A despertarme de a poco, sin apuro. A prepararme un café yo misma y desayunar en pijama. A no salir con la cámara como si fuera una extensión de mi cuerpo, a dispararle a todo lo que se me cruzara.

Agua en Pai

Agua en Pai
Pensábamos quedarnos un poco más en Chiang Mai, pero lo dejamos para dentro de unos días. La guerra de agua después del accidente no tenía mucha gracia. Con mi renguera no iba a poder escapar. 
129 kms, 792 curvas y 4 horas después llegamos a Pai. 

Agua en Chiang Mai

Agua en Chiang Mai
Esperábamos lo peor de nuestro viaje. Leímos mucho sobre la ruta de Vang Vieng en Laos a Chiang Mai al norte de Tailandia, y no parecía alentador. Lo ideal era el mejor bus que pudiéramos encontrar, y confiar en una noche medianamente buena. Leer qie dos días antes un colectivo cayó por el acantilado y murieron varias personas, no era de lo más tranquilizador. 

Ejercicio en Vang Vieng

Ejercicio en Vang Vieng
Después de mucha deliberación, vinimos a Vang Vieng. Y me traje conmigo la enfermedad de Luang Prabang. Todo parecía bajo control, pero las curvas y contracurvas me demostraron lo contrario. Por unanimidad en el minibus decidieron pasarme adelante. Para ese entonces ya podía comunicarme con el chofer con tan solo una mirada, que en cuestión de segundos se paraba al costado de la ruta.

Monjes en Luang Prabang

Monjes en Luang Prabang
Ciudad colonial con centro en la península que forman el Río Mekong y el Nam Khane.
Hoteles y restaurantes con mesas sobre el río me hicieron querer una costanera así en Buenos Aires. 
Lo diferente es que en todos estos edificios bajos con entradas amplias, hay negocios bien puestos para occidentales. 

Chau Vietnam, Hola Laos

Chau Vietnam, Hola Laos
Y pasó un mes en Vietnam. Los primeros días en Ho Chi Minh parecen tan lejos. Se cambia de escenario tan rápido que a veces parecen un sueño los recuerdos de lugares pasados.
Parece un sueño la visita a Cuchi tunnels y el ruido ensordecedor de las balas que se tiran por diversión.

Bruma en Sapa

Bruma en Sapa
Llegamos a Sapa en medio de la bruma, que a lo largo de las horas se fue haciendo más espesa. Tan tan espesa que mojaba. Visibilidad cero. A quince metros las personas eran solo siluetas.  
Eso, sumado al frío habitual por la altura, no ayudaron para nada al resfrío que me traje de souvenir de Ha Noi.

Buenos Aires en Ha Noi

Buenos Aires en Ha Noi
Llegamos a la capital del país. Y es cierto que el tránsito es una locura y que es ruidosa. Caminar por el centro puede, y es, una prueba constante de reflejos y agilidad. Las veredas no están hechas para caminarlas. Las calles son una batalla constante de autos, motos y peatones. Hay que saber interpretar las bocinas, que ya no son, como estaba acostumbrada, para apurar violentamente