Volver al primer mundo.
Antes de poder comunicarme con el mundo exterior, y sentarme a escribir, me tomé unos días para adaptarme a este nuevo ritmo. A despertarme de a poco, sin apuro. A prepararme un café yo misma y desayunar en pijama. A no salir con la cámara como si fuera una extensión de mi cuerpo, a dispararle a todo lo que se me cruzara.
Antes de poder comunicarme con el mundo exterior, y sentarme a escribir, me tomé unos días para adaptarme a este nuevo ritmo. A despertarme de a poco, sin apuro. A prepararme un café yo misma y desayunar en pijama. A no salir con la cámara como si fuera una extensión de mi cuerpo, a dispararle a todo lo que se me cruzara.